L
Tranquilo
coqueteo con la muerte
Para llegar al
infierno de tus caderas
Donde solo se
escuchan lamentos
Donde el sudor y
el calor se eleva.
Entre humo voy
avanzando
lo respiro, me
marea
Tal vez, ya estoy alucinando
El paraíso, abrió sus puertas.
Carl Deolart.
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